
Foto: Alejandro Taquechel.
Carlos Lechuga
Estamos en La Habana. En un barcito muy bonito que queda en 17 entre G y H, Vedado. A un lado está el parque donde los jóvenes se reúnen y tratan de matar el tiempo, y al otro ese cementerio o asilo de ancianos que es la UNEAC.
Me tomo un ron oscuro, creo que va a ser de los últimos que me tome en este país, porque, como todo el mundo, pienso irme echando bien prontico. Miro a la puerta. Hace algunos años aquí mismo me encontré a mi entrevistado de hoy. Pasaba en un carro, me vio, gritó, se detuvo y me acerqué a hablar con él. Organizamos para quedar y nunca pudimos.
Después de eso me mandó su libro de entrevistas a José Kozer, que es una maravilla.
Esta vez, que es como una especie de despedida de este barrio, sí hemos “aterrizado” el encuentro.
Su último libro, Hotel Singapur (Audere, 2021), llegó a La Habana con un año de retraso por culpa de la pandemia y como el país cerró por completo no había manera. Aunque la verdad es que mi ejemplar fue uno de los primeros en llegar.
Gerardo Fernández Fe es así de especial y cuidadoso.
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